lunes, 30 de marzo de 2009

Se ama en silencio y a escondidas

Hola a tod@s, comenzamos una semana más, desde El Camino perdido,con un nuevo texto. En esta ocasión, Zhr, nos trae un pequeño relato sobre una historia que, quizá, muchos han vivido, otros, se sientan identificados. Disfrutadlo.

Sentí un aliento frío en mi oído izquierdo. Nunca imaginé que a mi lado estuviese él. Abrí los ojos tan despacio que me pareció una eternidad. Notaba que alguien se movía en la cama, lentamente. Cuando por fin conseguí encontrar mi mirada, tan perdida durante tantas horas, y darme cuenta de que estaba en mi cama, como la anterior noche, me giré con el miedo de saber que él, podía estar ahí, a mi lado, acariciándome, besándome y haciéndome sentir más placer del que nunca pude imaginar.

Sí, sentía que su corazón me acariciaba a mil revoluciones por minuto y yo no podía hacer nada. Me hubiese gustado separarme unos centímetros y poder suplicarle que se fuese de mi cama, que no volviese, que no quería volver a verlo,…que hoy, no podía ser suya.

Claro, sé que no entienden nada, perdón.

No sé qué día era, en qué hora vivía ni dónde me encontraba. Sólo recuerdo que ella, su antigua pareja, la peor mujer con la que se había acostado varias noches seguidas se acercó a mí. No podía creer que después de tanto tiempo aún se acordase de quién era yo. No podía imaginar cómo, una mujer con tal semblante y nítida pureza aparente, llegaba a ser tan vagamente inmaculada. No me miró a la cara, no se atrevió. Mantuvimos una conversación bastante corta y torpe aunque muy intensa. Nunca jamás revelaré lo que ella se conformó con decirme. Quizás por vergüenza, miedo, represión o simplemente, por contención.

Por esto y por momentos que quizás nunca recuperaré, he de decir que no quería que este hombre continuase en mi vida, dentro de mí, en mi cama. Me precipito. Sí quería, no podía. Querer no siempre es poder.

“…que hoy, no podía ser suya.” Volviendo a momentos como los de aquella mañana de invierno en la que sólo apetecía quedarse acurrucado debajo de una manta, un zumo de naranja para cortar la sed y un beso en la mejilla que te dejase sin aliento, he de decir que, ojalá esa mañana nunca hubiese terminado.

Nunca le pude decir que le quería con todo el amor que se puede querer a una madre y con toda la pasión acumulada a lo largo de tantos y tantos hombres.
Ese fue mi error. Podía haberle hecho la vida más clara y fácil. Podía haber sentido que él me amaba aunque estuviésemos tan lejos el uno del otro que no nos llegásemos a sentir. Podría haberme alimentado de su amor toda mi vida y aún me sobraría. Sé que él me hubiese dado todo lo que yo necesitaba. Yo podía darle lo que tenía y a él le hubiese bastado con tenerme. Me amaba con el mejor corazón que nunca existió y me observaba con la mejor mirada que nunca conocí.

Él soñaba y moría una y otra vez en su mundo y yo, en el de los dos.


Zhr

13 comentarios:

  1. Gracias por tus palabras en la visita a mi blog, tu casa para cuando quieras.
    A mí me ha sorprendido (para bien, claro) lo que he visto en el tuyo. ¡Felicidades!
    Nos seguimos leyendo.
    Un besote.

    ResponderEliminar
  2. Hola!!!
    Nada mas pasaba para agradecerte la visita a mi blog y muchas felicidades por el tuyo tan bien

    nos estaremos leyendo!

    ResponderEliminar
  3. @Isabel: muchas gracias por tu invitación (lo haremos), y por tus felicitaciones ;)

    @Carlos: lo mismo te digo. Volveremos a visitarte, seguro.

    ResponderEliminar
  4. Intenso, muy intenso, me encantó, también es lascivo...

    Felicidades!

    En respuesta a tu invitación, te diré que sería un placer para mi participar al lado de ustedes en un proyecto que se oye tan bien.

    ResponderEliminar
  5. la introducción suena totalmente a voz suave de emisora de radio en un programa de testimonios e historias a media noche...

    me gustó mucho el texto....
    un besito...

    ResponderEliminar
  6. @Juls: gracias; pues esperamos que si tienes algún "testimonio" lo compartas aki con nosotros, si te apetece

    ResponderEliminar
  7. Cada vez me gustan màs los textos.

    Y sî, querer, no es poder, y las palabras que no pronunciamos en su dîa, pueden resultar un vacîo que nunca jamàs volveremos a colmar.
    Besos

    ResponderEliminar
  8. Un sacrificio de ese calibre... no, no creo que pudiese hacerlo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. hola¡¡¡si vas a mi blog y pinchas en una de las pestañas que hay debajo del reproductor te lleva a la pagina donde yo lo baje.alli tienes que crearte uno:eliges la forma y las canciones que quieres y te dan un codigo que pegas en el blog y listo.no es complicado.si tienes algun problema mandame un mail a aquelarre26@gmail.com y te ayudo.

    mi mala suerte sigue igual.mi ordenador sigue en la tienda.hoy toca ordenandor prestado.

    espero haberte sido de ayuda.

    saludos

    ResponderEliminar
  10. @eva: únicamente decirte que muchísimas gracias. Cierto es que, a veces, no basta con querer algo para conseguirlo, una pena...

    @lucía: gracias!

    @seo: gracias por la info, ya está añadido!! te seguiremos utilizando, jejej

    ResponderEliminar
  11. Me parece estupenda ese proyecto que tenéis; la poesía necesita que se le haga más caso, que haya más gente que consiga amar su lectura. Hay mucha más gente que la escribe de lo que nos imaginamos pero hay mucho pudor a la hora de mostrarla, y los que lo hacen no consiguen ser reconocidos en lo que valen, que es mucho.
    Yo no soy precisamente poeta pero de vez en cuando escribo cosillas, así que si no te horrorizas prometo enviarte algo cuando tú me lo digas.
    Un besote.

    ResponderEliminar
  12. pues no suena nada mal..pero qué e sloq ue habría que hacer?todos los participantes escribir con un tema ne común?mandar textos libres que se publicarían juntos?
    la verdad es que nunca he participado con nadie, no sé cómo se hacen estas cosas...

    un besitooooo
    (y muchas gracias por tu comentario..)

    ^^

    ResponderEliminar
  13. Hace poco me ha pasado. Es dificil cuando no se comparte el panorama del mismo mundo y cuando se elije ser conciente de ello y no hacer nada. Me ha conmovido mucho el relato, me gusta la naturalidad de Zhr!

    ResponderEliminar